Fotografía de ToniMolero
Noche de luna llena en Mijas.
Lo siento un toque de mi tierra tenía que meterle, soy flamenca.
Bailar para ti 19...
Mi pueblo, en agosto, florece con el arte que
lo hacen los geranios. Le nacen ramilletes y ramilletes de gentes de todas
partes.
Extranjeros, maravillados de la belleza de
Mijas, de su encanto, de la magia y el duende, como se dice en Andalucía, que
tiene mi pueblo, por venas.
Mi pueblo es el collar que le adorna el cuello
a la serranía, al que le cuelgan, las casas engarzadas en blanco. Y de pestañas,
lleva sus callejuelas llenas de artistas en venta.
Mijas es una gitanilla Malagueña con el cielo...
como pelo suelto y remendando esa melena... flores y peinetas, la neblina
mañanera.
Los cerros y lomas, son los volantes del traje
de faralaes, que lleva mi pueblo. El verde de las arboledas, el color de fondo
y el blanco de su alma, los lunares de su bata.
De tacones, para dejárselos encima del tablao,
tablao que es el mar de mi pueblo, lleva la furia y la rabia de los mijeños,
las lagrimas de sus gentes, rindiéndose impotentes, ante el avance y el egoísmo
de los poderosos, desde hace mil años.
Y en cada taconeo, un nuevo día y en cada
palmeo, una nueva vida... Y con ellos le
nacen las alegrías y las esperanzas de la gente que... no se rinde, que no se
derrota y siguen bailándole por tarantas a las penas, cantando, desgarrando sus
gargantas a la vez que sienten la paz, en las venas.
Y a cualquiera, aunque no sea de allí, Mijas le
embruja con su solea.
Por ambas entradas, las dos que tiene, es encontrártelo
y quedarte en silencio... esperando a que arranque con su cante jondo.
Una obra de arte creada por la madre naturaleza
y las manos de cualquiera que sea o se haya sentido mijeño.
Las casas talladas perfectamente, pintadas en
blanco, una a una, por sus gentes, sus balcones engalanados con claveles rojos
y perfumadas con damas de noches, perfilándole los labios a sus callejones.
Es tan generosa que, te regala amor en cada uno
de sus amaneceres y te invita a soñar, en cada uno de sus atardeceres.
Por el oro, por sus minerales, por la riqueza
de la piedra, piratas, romanos y musulmanes, pisaron la tierra para arrancarle
a sus hijos, el pan. Y esa furia, ese desastre, brilla en cada rincón oscuro,
de mi pueblo.
Mijas tiene el clima ideal para los que no
pueden respirar, por ahogo, por ansiedad, por enfermedades del aparato
respiratorio, incluso para los enfermos de desamor.
Si te llora el alma, ven a Mijas, solo el aire,
ya te seca las lagrimas.
Y si te duele, Mijas te abraza acunándote al
mar y te eleva hasta rozar el cielo, tanto, que el dolor se va de a poquito y
sin apenas darte cuenta, estas enamorao hasta las trancas de su belleza
malagueña.
Incluso con ese gentío, yo adoro a mi tierra,
es el mes de mi descanso, dejo descansar mi cuerpo, para bailarle a mi pueblo.
Paseo mis calles, sonrío a mi gente, recordando
a mi viejita, visitando a sus amigas, las que aun viven y a mis pequeñinas...
mis grandes bailarinas.
La llevo de mi mano, como cuando yo era muy
chiquita y puedo oírla perfectamente. Contarme historias de amores envenenados en
las puertas de las casas de los enamorados.
Como la suya, la historia de mi viejita, fue
una historia de amor más. Envenenada, envidiada, manchada y pisoteada. Y aun
así, mi viejita, aun le seguía taconeando a la vida...
Román y Ana, que se entregaron en pecado para
muchos, para mí, en honor a la verdad. Porque el amor de verdad, de veras, a
ese no lo matan ni los años, ni las muertes, ni las guerras...
Y el amor de mi viejita con Román, aun siendo
un amor secreto y lleno de envidias, se lo llevaron juntos hasta el cielo y
allí lo único que está muerto es el odio, así que allí, en nuestros cielos,
viven su amor eterno.
"SoloAlas"...
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