"SoloAlas"

Y no soy para nada un... ángel. Aun sigo viva.

martes, 23 de abril de 2013

Bailar para ti... 22.

Luis Royo
XVII
(off"Dome")



Bailar para ti... 22.


Aquellos días fueron maravillosos, pero la rutina tenía que volver a nosotros. Y con septiembre ya entrado, yo retomaba las clases con las pequeñas y mi trabajo en la disco.
Volver a las clases me costó demasiado, adoro a las pequeñinas, pero me había acostumbrado a la paz de tus brazos y al placer de tu silencio. Los gritos y risas, eran adorables, pero no seductores. Aunque eso me devolvió un poco de realidad.
Así, tomando consciencia de que hay una vida, de que, hay que lucharla, salir adelante, crecer y aprender, cuesta menos... la hora de decir adiós.
Y yo, ya intuía que nuestro amor, tenía fecha de caducidad. En realidad no sé si fue intuición, mis propios miedos o tu frase...- Te quiero mucho, como amiga.
Curiosamente, esto me lo decías con los ojos brillándote de amor y con frases alternadas de...- No quiero y no puedo frenarlo.
El amor, dicen por ahí, que es una gran amistad, con encuentros sexuales. Lo nuestro, en realidad fueron, grandes encuentros sexuales, con una posible amistad.
Pero mi forma de sentir y la tuya, al igual que las formas de pensar, son distintas. En eso no se equivocaron, aunque acertaron de puñetera casualidad, porque ni te conocían a ti, ni mucho menos a mí.
La primera realidad, visible que tuve, fue despertarme en mitad de la noche, contigo y ver claramente, que tú tenías tú espacio definido, que no me buscabas en mitad de la noche, para abrazarme. Un simple abrazo, te dice tantas cosas.
Tenía que ir haciéndome el cuerpo a ello y eso hice, adaptar mi cuerpo y mi mente a la posibilidad de perderte. Hoy en día, no sé si fue un error o un acierto, porque quizá mi miedo, provocó el desenlace... o no. Eso, solo lo saben los magos del destino.
Mi regreso a la disco, fue más llevadero, podría expresarme encima de la tarima.
La primera noche, una casualidad, una chica nueva con la que había compartido clases de ballet, de pequeña. No recordaba demasiadas cosas de ella, solo que me parecía sincera, directa y buena bailando.
Nuestro encuentro fue muy especial, me ilusionó volver a verla, habían pasado un montón de años y ella, sentía la misma ilusión de verme.
Y curiosamente, zas, apareciste, la abrazaste y besaste en la mejilla. Os conocíais, es más, erais grandes amigos. Charlamos riéndonos, los tres, dando por sentado que entre nosotros tres, había amistad, sin más.
Quedó claro para ella, que tu y yo, éramos amigos, como me dijiste entre risas.- No voy a decirle que follamos como locos, no?. Me dieron ganas de decírselo yo. Hasta tú frase, me daba igual, pero después de oírla, me pareció hasta... ofensiva. No porque no fuera real, era una realidad constante, era porque acababas de abofetearme con ella y sin importarte una mierda, lo que yo estaba sintiendo.
Y no me guarde mi enfado, te lo dije y cerré el tema.
Ella actuó una hora antes que yo, pero no pude mirarla, estaba tan... en mi mundo, que no aprecié su baile, pero creo que fue bueno, por la ovación.
Tú aplaudías encantado, entonces si sonreí, porque te vi generoso con ella y eso me puede, la gente que va regalando palabras amables, gestos cariñosos, me pueden. Un poco de mis miedos se evaporaron, para bailar encima de la tarima.
Mis jefes, me llamaron al despacho antes de actuar y subí sin sospechar siquiera, para que me necesitaban.
Abrí la puerta gris de metal, dura y pesada, en la parte trasera de la disco. Aquello no era un despacho, era las entrañas del videojuego, comecocos, los mismos colores, chirriantes, dañinos y el fuerte olor a taller mecánico, que nunca he comprendido pues se trataba de un despacho, no de las mazmorras del infierno.
Y contrastaban con las caras amables de mis jefes, Antón y Gery, una pareja adorable.  Antón, gallego de un metro ochenta, corpulento, sonriente, enternecedor, que dejó su tierra y su familia, porque no entendían que un hombre de su tamaño y volumen, quisiera en realidad ser, una princesa de cuento. Lo era sin dudas, no he conocido  miembro de la realeza, con tanto estilo, glamour y toques sensuales, andando encima de plataformas de cincuenta centímetros y con peluca estilo Lolita, que aquella pedazo de princesa encantadora.
Y Gery, Gery era para comérselo, sensible, de tierra fría y corazón ardiente, Irlandés. De pequeño soñaba con ponerse la falda escocesa, con botines de tacón y punta. Teniendo que usarlos para apuñalarse el corazón y dejar a los suyos, por falta de comprensión.
No os dais cuenta del dolor que supone para un ser humano, gritar al mundo quien es y ponerse con ello, a los suyos, por enemigos. Ver el rechazo en un hermano, la mano que le señala, de su propio padre, que se avergüenza de él. Cuando tiene un interior más bello que un campo minado de amapolas rojas. Quedémonos con las cosas buenas, no es tan difícil amar al ser, es lo que debemos amar, el resto son adornos.

Los adornos:              
Paseamos por esta vida, a veces con pasos lentos, otras tan rápidos que le ganan el pulso al tiempo.
Vamos adornándonos el cuello... con collares engarzados de lágrimas.
Con broches que nacen del pecho, broches brillantes llenos de latidos.
De pendientes... besos perdidos.
Como Carmín... las bocas que a veces incluso ni deseamos, ni amamos.
Te llegas a vestir con el orgullo, con la pena, con la ilusión y la maldita desilusión...
Por zapatos... a veces unos que pesan tanto que te rompen los tobillos y otras, zapatillas de ballet, que hacen que te eleves danzando al cielo.
Pero muy pocas veces, muy poquitas, tan poquitas que apenas la recuerdas...
Paseas completamente desnudo, al antojo de los vientos...

Ellos decidieron pasear por la vida, desnudos de mentiras, mostrando ser quienes eran, puesto que no dañaban a nadie, no mataban, no herían. Y eso, para mí no solo es un acto de valentía, es un honor a la verdad. Los verdaderos derechos del ser humano.

"SoloAlas"...

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