Con
un equipo de dirección que me derretía, tengo que reconocerlo. Nuestro David,
director general, no hubiéramos dado un paso sin él. Es el mejor luchador de la
vida, que he conocido.
Administración,
ya lo sabéis, mi hermana Mariví:
Mi
hermana ha sacrificado sus días y su vida por sus hijos, fue madre muy joven,
nos regaló a mi Esther. Es inteligente, práctica, cabezota a más no poder, pero
con un empeño y un tesón, increíbles.
Ella
me enseñó de pequeña, casi todo lo que debía aprender, con una antelación de
dos cursos, me ayudó a estudiar a mí y a sus amigas. Es una pena que no tuviera
la oportunidad de estudiar una carrera. No os podéis imaginar la capacidad que
tiene, lo fácil que resulta hacer las cosas a su lado, tiene soluciones para
todo.
Es
excelente como madre, una de las mejores hijas, no podía haber tenido ni
hubiera querido otra hermana y como persona... chapó.
Ayudada
por mi amiga Sara, que se encargaba también de las gestiones externas. Por su
presencia y saber estar, una relaciones públicas, única.
Que
os puedo decir de mi amiga Sara, compañera de batallas en la adolescencia. Yo
he vivido dos épocas de libertad, cuando me supuraban las espinillas, jajajaja
y tras mi divorcio. En las dos, ha estado a mi lado, nos queremos como
hermanas, su familia y mi familia están unidas por nosotras: Mi Lole, su madre,
es un poquito también la mía. No olvidaré en la vida, la madrugada que dormimos
abrazadas en el portal de tu edificio, en el escalón, esperando que alguien nos
abriera el portal.
Fuerte
como un roble, decidida, organizada, educada y con mucho estilo, Sara León
Flores, a pesar de criarte, educarte, donde y como se dieron las
circunstancias, ole por ti, amiga de mi alma, en mi "SoloAlas" no
podías faltar.
Aderezo,
maquillaje, música y vestuario. Encargada de que todos estuvieran impecables,
de que no fallara nada en cada ritual. Mi sobrina Esther, cuantos días de risas
nos ha dado y nos da.
La
más digna, emotiva, emocional, ha heredado el arte que llevamos en nuestra
genética, andaluza, toreros, bailaoras y poetas. Sincera, integra, verdadera,
en ella no hay nada que sea de mentira, no hay nada que se pueda plastificar.
Mi niña de mi alma, hoy en día una mujer y que mujer... Los tíos sois idiotas.
Recepción
y recibimiento, Patricia, mi Princesa y a veces yo... La atención al placiente,
tanto por teléfono, como directamente, debía ser cercana y humana. Ellas
llevaban el equipo de recepción y recibidor oculto.
Mi
cuñado Pepe y mi hermano Salvi poco después, llevaban todo el equipo de
mantenimiento y seguridad. Técnicos de luces y sonidos, vigilantes, etc.
La
loca creativa, la madre, la inquieta soñadora... Una servidora. Cristina SoloAlas
Sánchez y Moreno, porque mi Moreno, no me lo quita nadie...
Abrimos
las puertas, con una fiesta un poco original, invitamos a todos nuestros amigos
íntimos, a las personas que no podían faltar, a los nuestros. Arriesgándonos
una vez más, a alguna mirada inquisidora... Curiosamente, todas fueron de
fascinación.
Me
pasé toda la noche llorando de alegría, no podía evitar emocionarme, en cada
sala, cuando abríamos las puertas y los musos, nos recibían en sus salas, con
copas de champan o algún coctel y algo para picar. Lo que yo no esperaba y eso
fue lo que causó mi emoción intensa, es que organizaran sorpresas a mis
espaldas. En cada sala, me dejé un suspiro y alguna lágrima, yo y todos los que
asistimos al espectáculo.
La
fiesta la organizó David, no me dejaron ni protestar por ello...
En
recepción y todos vestidos con nuestras mejores galas, fuimos recibidos con el
humor y el amor, de una pequeña actuación de dos payasos, mágicos. El poder de
una nariz roja...
En
esa primera media hora, nos hicieron receptivos, nos adecuaron el corazón a la
sonrisa, sin darnos cuenta, nos prepararon para admitir y aceptar, mucho más de
los que estábamos dispuestos.
Bromeando
con el sexo, haciendo posturas entre ellos, regalándonos magia que salía en
forma de palomas blancas, de entre las cinturas elásticas de sus pantalones
rojos. Recitando y cantando, cosas mías en tonos burlescos y de risa, alguno
exagerando el llanto. eso hacía que nos matáramos de la risa.
Al
finalizar, ellos mismos, nos abrieron la puerta de la sala Cielo...
Todavía
impactados, pero fue como si se nos sanara el alma. Una sonrisa nos adornó la
cara, a todos, al ver aquellos ángeles, dibujados maravillosamente en la pared.
Sonaba
una canción de fondo... I Believe I Can Fly.
Selena,
apareció con una bandeja de nubes "Golosinas". Con un vestido blanco,
largo, del estilo de una Diosa romana, del que nacían unas alas, enormes,
preciosas, con plumas y brillantes. Parecía un ángel, lo era, un ángel travieso
y pícaro.
Nos
sonreía mientras iba ofreciendo de la bandeja.
Yo
iba explicando lo que sentía, se me venían mil cosas que decir a la cabeza, sin
llegar a exponer correctamente, lo que significaba, lo que ofrecía aquella
sala. Decidí callar, al ver a todos mirándome de frente, esperando una
actuación.
Y
como en cualquier escenario del mundo, dejé de hablar para actuar.
Me
acerqué a Selena, acaricié sus alas, la miré a los ojos, mientras retiré la
bandeja de sus manos, ella sonrió asintiendo.
Selena,
subió la música, utilizó los brazos aleteándolos con dulzura y suavidad, de un
lado al otro, ondeantes. Se despojó de las alas, dejó caer el vestido al suelo,
con unas braguitas minúsculas blancas y sin vergüenza alguna, con los pechos al
aire, fue acariciando nucas, brazos y manos, caras, soplando suavemente. No
quedó nadie en aquella sala que no recibiera un gesto erótico de Selena.
Mi
madre, sonreía divertida, estaba más entusiasmada que yo, mi
"SoloAlas" le encantaba... Y a mí me encantaba ella.
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