Fotografía de Miriam Franco Perez.
Allí estaban, señalé a David con el dedo la sala de
reuniones, para que se metieran allí, lo hizo automáticamente, uf, que mala
leche llevaba encima.
Me fui directa a hablar con Sara.- Nena ¿Que ha pasado?.
Sabía que todo bien, pero quería los detalles.
Perfecto. Me explicó que una de las musas de la sala Kasmijá,
se había encargado de la parte de Zaira, que había pedido disculpas y aplicado
el descuento y que hasta ese momento no había ninguna protesta, todos
contentos. Respiré.
Ahora sí, ahora ya estaba dispuesta a escuchar propuestas, a
imaginar, a crear, a devolver mis alas a la tierra...
Y eso hice entré en la sala de reuniones, decidida a oir, me
encontré con tres pares de ojos mirándome, los de Daniel eran tan profundos,
que pensé que había entrado desnuda.
.- Lo siento, mil disculpas. Parece que el destino está
empeñado en hacerme quedar mal delante de usted. Lo hice acercando mi mano a la
suya a modo de saludo.
.- Si vamos a trabajar juntos, tutéeme por favor.
Contundente...
.- Lo mismo le digo, siéntese por favor y vamos a ver que nos
trae hasta aquí.
Explico de una forma muy natural, que él, a veces, por sus
negocios, sin entrar en detalles, se veía en la obligación de celebrar algunos
eventos, que no podía evitar inmiscuirse en ellos. Que tenía la fea costumbre
de quererlo todo perfecto y eso hacía que personalmente se encargara de escoger
el sitio y a las personas responsables de organizarlo.
Mientras hablaba lo entendía perfectamente, lo que no
entendía era la manera en que Patricia, lo miraba...
Era guapo, pero no para tener esa sonrisa tontona en la cara,
me dieron ganas de preguntarle.- Patricia, ¿te estás enterando de algo?.
Sacudí la cabeza, a lo mío.
Aclaró que quería el "SoloAlas" y sus musas para
ellos solos, sin límite de horas, hasta la madrugada seguramente, que irían de
sala en sala, puede que en grupos de dos o tres... ¿Placientes, les llamáis?,
asentí.
Que no querían cena, la cena, ya estaba concertada, si copas
y cocteles, sin límites.
Recinto cerrado al público, a miradas, a periodistas sobre
todo... y recalcó que, fundamentalmente lo que querían era diversión, sin más.-
No importa el precio, incluso puedo pagarlo por adelantado, pero si es así
quiero garantías.
Sin límite de gastos... por fin lo oía.
Me dieron ganas de besarlo, ahora la de la risa tonta era
yo...
.- He visto el exterior del "SoloAlas", algún amigo
me ha hablado del interior, de alguna sala en concreto, pero antes del sábado
quiero probarlas todas, quiero ver que se hace en ellas... y prefirió no
continuar.
Nos tocaba el turno a nosotros, dejé a David que tomara la
iniciativa.- Por supuesto, que puede hacerse, pero tenemos que saber
exactamente, cuantos, hora y poco más.
Me tocaba.- Hay una cosa que debe saber, aquí no tenemos
contacto sexual completo, no hay penetración. No dejamos que las musas tengan
ningún tipo de contacto fuera del "SoloAlas" con los placientes,
aunque eso a veces es irremediable, si lo descubrimos... van fuera. A los
placientes le pedimos lo mismo, que eviten el contacto con ellas, fuera. Así
que si buscas que tus "amigos", tengan eso, aquí o bien fuera en sus
hoteles, una vez finalizada la fiesta. Este no es el sitio.
Pasado unos segundos, continué al ver que él ni se inmutaba.
.- Cada sala tiene varios rituales y un especial, el ritual
estrella. Serán informados completamente, de las normas y reglas que deben
respetar en cada sala, del servicio que las musas realizan... no, como tampoco,
se les enseñaran a las musas para que escojan, aquí se elijen salas y rituales,
no chicas. Si vas a ver las salas y a probarlas... tendrás que pagarlos aparte
y ajustarte a nuestras condiciones. Si no, encantada y en otra será.
Soltó una carcajada sonora, dejándonos con cara de
asustados.- Por supuesto que pensaba pagarlos...señorita SoloAlas, tienen sus
normas y las acataremos, yo el primero. Pero hay una condición. Y se acercó a
mí, mucho, a pesar de lo enorme de la mesa, le sentí demasiado cerca.
.- Quiero que en mis pruebas, además de las musas, me
acompañes tú, para verlo todo desde tus ojos, para sentirlo como tú lo sientes.
Hicieron falta segundos, minutos, días, años, para olvidarme
de aquella frase...
Reaccioné al fin.- Patricia, mirándola a ella, rogándole con
los ojos, estará encantada de enseñarle todo.
.- Por supuesto que sí, conmigo se lo va a pasar bomba.
Sonreía provocadora.
.- No, de eso nada, quiero tus alas.
No pude contestar, David lo hizo por mí, le aseguró de que no
había problemas, que sería así. Que debíamos empezar aquella misma tarde, si
quería conocer todas las salas, en total ocho, con el jardín.
Mandó a Patricia traer el organizador, donde anotábamos
salas, horas, placientes, para ver cuál y a qué hora, estaba libre. Había un
par de ellas y el jardín, pero Neiko estaba ocupada.- La sala Rosa, la musa de
esta sala, no participa, solo trabaja con mujeres, le aclaró David, lo hará
otra. Y Kasmijá.
Yo rezaba porque no cogiera Kasmijá. Eli, cinco musas, bueno
ahora cuatro y yo, para ese tío solo... Después de la experiencia, las demás
iban a parecerle un sucedáneo.
Me miró y dijo.- Aconséjame, que estás muy callada. Estaba
rogando con los ojos que le ayudara a participar con él en aquello, a
acompañarle, compartirlo y yo ni me daba cuenta, solo veía a un tío que quería
pasárselo bomba e intimidarme.
.- Rosa, de musa yo. Se iba a enterar... a ver quién intimida
a quién.
Es difícil hacerte a la idea en un par de horas que vas a
volver a dar un masaje y mucho menos si tienes que prepararlo todo, no había
vestuario para mí.
No sé describir mi cuerpo, tengo la manía de verlo desde
arriba y todo me parece imperfecto, de frente en un espejo o en fotos, me gusto
más.
Solo puedo decir que cualquier hombre con el que he estado,
se le ha notado a leguas, lo que le gustaba mi culo, alguno me ha hablado de la
piel, del pecho, pequeño pero eso depende del gusto. En fin, que a pesar de mi
edad, ser madre de dos hijos, sigo estando buena. Aunque sé que eso es lo de
menos.
Ni teniendo la criada de Escarlata O´Hara, atándome los cordeles
del corsé de Anna, hubiera conseguido enfundarme en el, Anna tiene una cintura
de avispa y de pecho me quedaba enorme.
Así que en dos horas, compras y prepararme para el reto, sin
dejar de atender el negocio, odio el móvil...
Mi sobrina Esther y yo, nos fuimos a una tienda de lencería,
una tras otra, hasta que encontramos algo decente, decente para la ocasión.
Una ducha rápida, sin tiempo de recrearme con el agua,
maquillaje, peinado, vestuario y tacones... ¿Tacones?, no había caído en eso...
Faltaban cinco minutos y no sabía con que adornarme los
pies...
Me probé todos los tacones de las chicas que podían entonar
con el vestuario, imaginaos, tengo un 41, un pie enorme y nada erótico, ninguna
pasaba del 39, conseguí meterlos en unas sandalias de cristal, de María. Y así,
con el pie oprimido hasta dolerme la columna, bajé.
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