"SoloAlas"

Y no soy para nada un... ángel. Aun sigo viva.

jueves, 28 de marzo de 2013

Amor con fecha de caducidad...







Amor con fecha de caducidad...


Dicen las viejas almas, que al amor lo supera... el tiempo, que lo envenenan... los silencios.
Al amor le enferma... el desaire, al amor le quiebra... el orgullo.
Lo destroza... la impotencia, agoniza con... la mirada altiva.
Se colapsa con... la guerra de poder, poder sobre ese mismo amor.
Tirita de frío... por la falta de abrazos, llora sin consuelo... cuando le niegan la mano.
Muere sin oportunidades, condenado desde el principio, con fecha de caducidad, por una causa simple, por el miedo a sufrir.
Por no desgastar los empeños, por no recibir más portazos en la cara, por no triturar tus sueños.
Y formas un muro a un metro de tu visión, para parar los impactos de ese mismo amor, las flechas del famoso... Cupido.
Construyes una puerta blindada, para frenar los impulsos, los propios y los ajenos.
Te vistes con armadura de hierro blindado, para no sufrir las caricias en el alma, dedicadas con amor.
Bajo esa armadura, te embadurnas de vaselina, para que los besos con pasión, no lleguen a tocarte el alma, resbalen condenados mendigando suelos.
Te cargas con el peso duro, la cadena extensa que ata a lo convencional, a lo propio, a lo bien visto.
Te taponas los oídos con algodones llenos de advertencias, el... cuidado, el... poco a poco, el... peligro, el... te lo dije, el... no te entregues, no luches, no te desgastes, que mueva ficha el contrario. Como si se tratara de un enemigo, de un enemigo de antemano.
Te desnudas completamente y te dices...
El amor puede saltar ese muro, abrir esa puerta de par en par, arrancarte sin miramientos esa armadura de hierro, lamer esa vaselina hasta limpiarte completamente de ella, comerse esos algodones con las ganas.
La cadena te la cuelgas de collar...
Y aun así, si de frente, se encuentra con que tiene una máscara.
Cuando al mirar hacia atrás, ves que el muro inmenso que has saltado, te ha dejado herido en el salto y a roto tus tacones.
Que la puerta que has abierto de golpe, te ha dejado casi sin fuerzas y encima, resquebrajado tus uñas.
Que el arrancar la armadura, te ha costado hasta lágrimas y las manos encallecidas.
Lamer esa vaselina, te ha dejado sin el poder de saborear y con mal aliento.
Comerte esos algodones, te ha enfermado el estomago, atragantado y taponado la tráquea y aun así seguías con ganas de hablar.
Vuelves la mirada al amor, encontrándote con que no le conoces, te preguntas... por quien has luchado tanto y la máscara... ya no tienes ni ganas, ni fuerzas para quitarla.
Vomitas esos algodones tu mismo y te los colocas. Usas tus lágrimas de vaselina, recoges la armadura del suelo destrozada y cubres lo poco que pueda cubrirte.
Devuelves la cadena, para que siga atado a lo que le interese.
Sales cerrando la puerta de un portazo, tomas impulso y desplegando las alas, sobrevuelas ese famoso muro.
Y a pesar de haberte dejado los sentimientos a los pies de ese cuerpo, esperando que regresen a ti, ellos solos.
A ese amor lo matas tu mismo, únicamente tú, como lo hagas, como lo consigas da igual, pero lo ahogas en un cubo repleto de lagrimas, importándote una mierda lo que digan o piensen.
Ese amor estaba condenado, pues que siga el curso de su destino.

"SoloAlas".

1 comentario:

  1. Buen comienzo, en medio se desorienta, y al final es necesario buscar que enlaza todo.
    Sobre el contenido, tú misma.

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